La Dirección General de Seguros (DGS), dependiente de Economía, ha recibido una petición de aclaraciones sobre los ‘unit links’, en torno a conducta en la gestión y venta
Cuando hasta las aseguradoras han tirado la toalla al competir con los bancos por el ahorro de las familias con seguros, y lo hacen ya con fondos, la Dirección General de Seguros (DGS) estudia cómo clarificar la comercialización y gestión de los ‘unit links’. No lo hace por decisión propia, sino por una petición de aclaraciones, pero que podrían resultar en una guía de buenas prácticas para el mercado si las hace públicas —también puede responder a la firma que ha presentado las aclaraciones en privado—.
Los ‘unit links’ son seguros de vida ahorro en los que el tomador puede asumir riesgos y, así, aspirar a rentabilidades mayores. Se trata en general de cestas de fondos en las que hay un seguro de vida y se concreta la sucesión de la inversión. En otros países, este tipo de productos es habitual, pero en España terminó 2018 con 12.220 millones, según los últimos datos publicados por la patronal Unespa.
Esta cifra suponía el 6,7% de los seguros de ahorro o jubilación, que alcanzaron los 181.160 millones, y está lejos de los 260.000 millones de patrimonio de los fondos españoles. Esta ratio es la tercera más baja de la Unión Europea, según datos del supervisor Eiopa. En Francia, está cerca del 15%; en Alemania, roza el 20%; en Italia, se acerca al 25%, y en Reino Unido, sobrepasa el 35%.
La DGS aún está en plazo para responder, que en teoría es de tres meses. La consulta se produjo, según fuentes del mercado, después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) publicara en 2019 una guía técnica sobre la prestación de actividades accesorias por parte de las empresas de servicios de inversión.
El supervisor presidido por Sebastián Albella acepta con límites que las empresas de servicios de inversión a las que supervisa gestionen seguros como los ‘unit links’, aunque con límites. El producto es exclusivo de las aseguradoras, pero pueden delegar la gestión. La CNMV despejó dudas en lo que concierne a la institución, pero siguieron coleando las que dependen de la DGS.
La consulta que tiene encima de la mesa la dirección general, bajo el mando de Sergio Álvarez y dependiente del Ministerio de Economía, pretende que clarifique cuestiones sobre distribución, gestión y asesoramiento. En el primer caso, no está claro, por ejemplo, qué pasa si hay un cambio en relación con el gestor, como un banquero que se cambia de entidad y era el responsable directo o si una aseguradora modifica su contrato de bancaseguros.
La DGS tendrá que responder sobre si debe considerarse distribución de seguros todo asesoramiento prestado al tomador (cliente) de un ‘unit link’ o suministrar información al cliente, cómo puede o debe retribuirse si es distribución, si se puede delegar el asesoramiento financiero o la realización del test de idoneidad a otra entidad y qué vinculación debe tener con ella el vendedor del ‘unit link’, o si la DGS podría convalidar la formación exigida por la CNMV.
Falta de regulación
Mientras que MiFID II ha elevado el grado de exigencia sobre transparencia y prácticas protectoras para el consumidor, no hay aún una norma equivalente para los ‘unit links’, donde se puede cobrar una comisión por el producto y evitar meter las clases limpias (con menores comisiones), en perjuicio del cliente. En este sentido, está pendiente de transponer la directiva de distribución de seguros (IDD, por sus siglas en inglés). Eiopa ya advirtió en 2017 de que hay aseguradoras que eligen los fondos más caros.
El ‘unit link’ es un seguro de ahorro sin legislación propia, que se regula por el artículo 14.2 de la ley del IRPF. “La norma que regula los contratos de seguro es de 1980 [cumple 40 años] y apenas se ha modificado desde entonces. No regula estos seguros ni dice cómo deben ser, y eso genera incertidumbre”, arguye Joan Mir, CEO de Valiro.
En realidad, queda determinado con una excepción a una excepción, ya que el artículo 14.2 sirve de excepción al 25.3. Pero, a su vez, el 14.2 en el apartado H configura la fiscalidad del ‘unit link’, en la que el cliente o tomador tributará por las plusvalías cuando venza el contrato. Sin embargo, no se puede cambiar de producto con diferimiento fiscal a través de un traspaso, como en fondos de inversión y de pensiones.
De esta forma, no puede cambiar de perfil de riesgo sin dar por finalizado el producto, por ejemplo. Lo que es un problema cuando un cliente ha asumido un perfil agresivo y por edad debe rebajarlo. Además, se desincentiva la competencia. “Invertir en un seguro te ‘ata’ fiscalmente a la compañía de seguros de por vida. Cuando se creó el privilegio del cambio de fondo sin tributar para los fondos, no se pensó en facilitarlo también para los ‘unit linked’ [se usa indistintamente el término ‘unit link’ y ‘unit linked’], y quedaron en clara desventaja”, agrega Mir.
Estos seguros tuvieron la ventaja de una deducción fiscal del 75% de la plusvalía cuando el ahorro permanecía más de ocho años, pero se eliminó en 2006, tres años después de que se estableciera la traspasabilidad para los fondos, lo que inclinó la balanza de la batalla por el ahorro familiar en favor de los bancos.
En 2006, los ‘unit links’ marcaron un récord con 6.000 millones, pero después se hundieron e incluso Unespa dejó de publicar datos de productos individuales. “Los fondos de inversión tienen un ‘lobby’ muy potente que los defiende, Inverco”, opina el CEO de Valiro, bróker especializado en estos productos. “En cualquier otra industria en que fuéramos los últimos de Europa, la patronal estaría muy preocupada pidiendo al Gobierno medidas para revertirlo”, agrega.
Los ‘unit links’ conservaron la ventaja de ser cestas de fondos que permiten ofrecer gestión de la inversión del cliente, pero en los últimos años se ha popularizado en la banca la gestión discrecional de carteras. El producto, eso sí, sigue siendo una vía para que muchos patrimonios combinen un seguro de vida que clarifica la sucesión con la inversión a largo plazo.
Fuente: El Confidencial
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